Me fui de vacaciones para asimilar todos los cambios y todas las novedades. Tras un paréntesis mental, vuelvo a alimentar a estos pájaros que habitan el espacio de mi cabeza.
Ahora me siento rara, porque no conozco a nadie como yo. No digo que no exista “alguien” parecido a mí. Pero de momento no he conocido a nadie así. No existe, cerca de mi espacio vital, ningún bebé que posea mis dones. Y la extrañeza se está convirtiendo en soledad. Me gusta ser como soy, pero a veces me asusta. ¿Es posible conocer tantas emociones y contradicciones en dos meses de vida? No lo sé. Pero nací con una mente distinta. Desde que absorbí la primera bocanada de aire, supe que siempre sería diferente. Y también nací con una duda pegada a mi conciencia: ¿Quién soy?
Espero encontrar respuestas en este viaje hacia ninguna parte.
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1 comentario:
Es interesant el que escrius,tots alguna vegada hem pensat en volar,que som diferents,un poc raros,que tenim més conciencia de la realitat,que som més o menys que els altres etc..però es que cadascu viu la vida desde el seu món i la seua perspectiva.Els que no veuen tal vegada tinguen mes perspectives o menys, no ho se, de tot hi ha.Avant.Hi ha que traure el que cadascu porta a dins.
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